Sara Rodríguez-Martínez

La fotografía tiene el don de amplificar la vida: hace que los momentos bonitos se conserven por mas tiempo, que tus proyectos puedan llegar a más gente y que tus sueños estén un poco más cerca.

Empecé con la fotografía de una forma muy natural, haciendo fotos de mis amigos y mi familia. Cuando me mudé a vivir primero a Francia y luego a Israel la fotografía se convirtío en la forma de comunicar mis vivencias y sentirme un poco más cerca de la gente a la que ya no podía ver cada día. Empecé a hacer sesiones de fotos ya en Israel y desde entonces no he parado porque me encanta!

Al empezar mi aventura como fotógrafa emprendedora me dí cuenta de la cantidad de fotos que se necesitan para difundir proyectos, crear contenido, material de marketing y redes sociales. De mi afán por ayudar decidí especializarme en fotografía para emprendedores y ahora disfruto viendo las fotos de estas sesiones en múltiples páginas web y redes sociales.

Durante mis idas y venidas de los últimos años hay una cosa que se ha mantenido constante: mi práctica de yoga.  Practico porque me hace feliz (y creo que es lo que me ha mantenido mentalmente sana! jajajja).  Empece a hacer fotos de los talleres y retiros a los que asistía. Luego a amigos que necesitaban promocionar sus clases. Podría decir que me he convertido en fotografa de yoga a base de practicar! Ahora se me conoce como “La fotografa en mallas” y ofrezco sesiones de fotos para profesores y todos los que desean difundir esta disciplina por la que siento mucho respeto. Siempre me ha maravillado del yoga lo diferentes que somos todos los que lo practicamos. Es esta diversidad lo que sueño con reflejar con mi cámara.  Namasté!